domingo, 26 de septiembre de 2021

Textos de Filosofía

 

Texto sobre las ideas de Sócrates para comentar:


Sócrates: ¿Hay unos que desean las cosas malas y otros que desean las cosas buenas? ¿No te parece, distinguido amigo, que todos desean las cosas buenas?
Menón: No, no me lo parece.
Sócrates: ¿Hay, entonces, quienes desean las cosas malas?
Menón: Sí.
Sócrates: ¿Pero dices que pensando que las cosas malas son buenas o que, incluso conociendo que son malas, sin embargo, las desean?
Menón: Me parece que en los dos sentidos.
Sócrates: ¿A qué llamas desear? ¿A que algo llegue a ser de uno?
Menón: A que llegue a serlo, ¿a qué si no?
Sócrates: ¿Pero pensando que las cosas malas benefician a aquel a quien le llegan o sabiendo que las cosas malas perjudican a aquel a quien se dan?
Menón: Hay quienes piensan que las cosas malas benefician, y hay quienes saben que perjudican.
Sócrates: ¿Te parece que saben que son malas las cosa malas quienes creen que las cosas malas benefician?
Menón: No, eso no me lo parece en absoluto.
Sócrates: Luego es claro que ésos no desean las cosas malas, esos que las desconocen como tales, sino que desean las que piensan que son buenas, aunque ellas son malas. Así que los que las desconocen y creen que son buenas, es evidente que desean las cosas buenas, ¿verdad?
Menón: Probablemente es así.

Platón, Menón o sobre la virtud (Mare Nostrum Comunicación. Traducción: Miguel García-Baró)


Los Presocráticos


«Pues bien, la mayoría de los filósofos primitivos creyeron que los únicos principios de todas las cosas eran los de índole material; pues aquello de lo que constan todos los entes y es el primer origen de su generación y el término de su corrupción, permaneciendo la sustancia pero cambiando en las afecciones, es, según ellos, el elemento y el principio de los entes. Y por eso creen que ni se genera ni se destruye nada, pensando que tal naturaleza se conserva siempre […]; pues dicen que siempre hay una naturaleza, ya sea una o más de una, de la cual se generan las demás cosas, conservándose ella.»





(Aristóteles, Metafísica, I 3, 983b, vol. 1, Gredos,
Madrid, 1970, págs. 20-21.)

Las preguntas son casi siempre las mismas:

1. Describa el contexto filosófico-cultural que influye en el autor del texto.

2. Identifique y explique las ideas contenidas en el texto.

3. Justifique las ideas del texto en relación con la filosofía del autor.

4. Relacione el tema o el autor del texto con una posición filosófica de un período histórico diferente al del autor del texto elegido.

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<<De entre los que dicen que es uno, moviente e infinito, Anaximandro, hijo de Praxiades, un milesio, sucesor y discípulo de Tales, dijo que el principio y elemento de las cosas existentes era lo indefinido, habiendo sido el primero en introducir este nombre de principio material…


Dice que éste no es ni el agua ni ninguno de los llamados elementos, sino alguna otra naturaleza de la que nacen los cielos y los mundos de entre ellos.>>


Simplicio, Fís. 24
(Kirk y Raven, Los Filósofos Presocráticos, Editorial Gredos) 

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<<Que no te engañe esto, mi querido Simmias; no es un camino que conduce a la virtud el cambiar voluptuosidades por voluptuosidades, tristezas por tristezas, temores por temores, como los que cambian una moneda grande por piezas pequeñas. La sabiduría es la única moneda de buena ley por la cual hay que cambiar todas las otras. Con ella se compra todo y se tiene todo, fortaleza, templanza, justicia; en una palabra, la virtud no es verdadera más que unida a la sabiduría, independientemente de las voluptuosidades, tristezas, temores y todas las demás pasiones; tanto, que todas las demás virtudes sin la sabiduría y de las cuales se hace un cambio continuo, no son más que sombras de virtud, una virtud esclava del vicio.

La verdadera virtud es una purificación de toda clase de pasiones. (...) Pero pocos son los poseídos del dios. Y éstos, a mi modo de ver, sólo son los que filosofaron bien. Nada he omitido para ser de su núcleo y toda mi vida he estado trabajando para conseguirlo. (...)  He aquí, mi querido Cebes, mi apología para sincerarme ante vosotros al abandonaros...>>

Fedón, o de la inmortalidad del alma. Platón


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“La sabiduría es una de las cosas más bellas del mundo, y como el Amor ama lo que es
bello, es preciso concluir que el Amor es amante de la sabiduría, es decir, filósofo; y
como tal se halla en un medio entre el sabio y el ignorante.”

Banquete, Platón

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“Que no es una ciencia productiva resulta evidente ya desde los primeros que filosofaron: en efecto, los hombres –ahora y desde el principio- comenzaron a
filosofar al quedarse maravillados ante algo, maravillándose en un primer momento ante lo que comúnmente causa extrañeza y después, al progresar poco a poco, sintiéndose perplejos también ante cosas de mayor importancia, por ejemplo, ante las peculiaridades de la luna, y las del sol y los astros, y ante el origen del Todo. Ahora bien, el que se siente perplejo y maravillado reconoce que no sabe (de ahí que el amante del mito sea, a su modo, a su modo, «amante de la sabiduría»: y es que el mito se compone de maravillas). Así, pues, si filosofaron por huir de la ignorancia es obvio que perseguían el saber por afán de conocimiento y no por utilidad alguna. Por otra
parte, así lo atestigua el modo en que sucedió: y es que un conocimiento tal comenzó a buscarse cuando ya existían todos los conocimientos necesarios, y también los relativos al placer y al pasarlo bien. Es obvio, pues, que no la buscamos por ninguna otra utilidad, sino que, al igual que un hombre libre es, decimos, aquel cuyo fin es él mismo y no otro, así consideramos que ésta es la única ciencia libre: solamente ella es, en efecto, su propio fin” 

(Aristóteles Metafísica, Libro I)

ENLACES A TEXTOS Y RECURSOS IMPORTANTES PARA SU COMPRENSIÓN:




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