Índice:
1. FILOSOFÍA DE LA NATURALEZA
2. FILOSOFÍA DEL SER
2.1. CLASIFICACIÓN DE LOS SERES
2.2. CAUSA PRIMERA
3. ÉTICA
3.1. LA VIRTUD
3.2. CLASES DE VIRTUDES
4. POLÍTICA
1. FILOSOFÍA DE LA NATURALEZA
Aristóteles se ocupó de los seres corpóreos naturales y se propuso explicar sus cambios y los elementos que los componen.
Platón también había admitido la realidad del mundo sensible, pero apenas se había preocupado por observarlo y explicarlo, ya que para él la verdadera realidad se hallaba en el plano suprasensible.
En primer lugar, Aristóteles se enfrentó con el problema del movimiento. Para desvelar su auténtica naturaleza recurrió a las nociones máximamente universales de "acto" y "potencia".
Así, lo que cambia o se mueve es siempre un sujeto. Pero, además, ese sujeto adquiere siempre una perfección. Denominó a esta perfección "acto", y constituye el término y fin del movimiento.
Para adquirir un acto o perfección, el sujeto tiene que poder realmente adquirirlo, es decir, debe estar en potencia respecto a aquel. Así, por ejemplo, una semilla de olivo está en potencia de engendrar otro olivo, pero una semilla de almendro no lo está.
La "potencia" es una realidad intermedia entre el ser y el no ser; es un no ser todavía que hace posible el movimiento. No es algo terminado, como el acto; pero no es solo carencia, sino capacidad real de llegar a uno o a varios actos o perfecciones. Según lo anterior, Aristóteles definió el movimiento, como el paso de ser en potencia a ser en acto.
A partir de su explicación del movimiento, Aristóteles pudo elaborar su teoría sobre la estructura última de los seres materiales, a la que se ha denominado hilemorfismo. Así, Aristóteles llamó "materia" al sustrato potencial que permanece en el cambio de los entes materiales. A aquello que cambia lo llamó "forma" y constituye el principio que actualiza la materia.
El alma constituye la forma de un cuerpo apto para la vida. El cuerpo es entonces el principio material (materia) y potencial al que el alma da forma y actualiza. Por consiguiente, Aristóteles sostuvo la unión sustancial entre alma y cuerpo; no son dos sustancias, sino dos coprincipios de una única realidad: el ser vivo. De este modo, resolvió el problema del dualismo antropológico de Platón, para quien solo cabía una unión accidental entre alma y cuerpo.
2. LA FILOSOFÍA DEL SER
2.1 CLASIFICACIÓN DE LOS SERES
Aristóteles clasificó los seres en diez categorías o modos generales de ser en el orden real (ontológico), que se corresponden con la clasificación general de los conceptos en el orden lógico. Son la sustancia y nueve tipos de accidentes: cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, situación, posesión, acción y pasión.
En sentido estricto, Aristóteles aplicó el término sustancia a los seres individuales, a los que denominó sustancia primera, ya que son lo primero que conocemos (por ejemplo, Sócrates o este gato). También utilizó el término sustancia en sentido secundario, sustancia segunda, aplicado al concepto universal que se forma en la mente por la abstracción a partir de los individuos (por ejemplo, el concepto de hombre o el de animal).
Solamente las sustancias primeras existen en la realidad; las sustancias segundas, en cambio, solo están en nuestro entendimiento.
Los accidentes, por su parte, son modificaciones que sobrevienen a la sustancia; son algo real, pero en cuanto se unen a ella. A diferencia de la sustancia, no existen en sí y por sí, sino en otro sujeto del que dependen, que es la sustancia.
2.2 LA CAUSA PRIMERA
La filosofía aristotélica también tuvo por objeto la causa primera de todos los entes, cuestión que Aristóteles atendió haciendo referencia a una causa motora, distinta de lo movido. Como es imposible una serie infinita de motores y cosas movidas, ha de concluirse que ha de existir una primera causa del movimiento, a su vez inmóvil, a la que llamó Primer Motor Inmóvil. Esta sustancia tiene que ser, por lo tanto, eterna e inmaterial.
3. LA ÉTICA
La ética como saber filosófico surgió en Grecia cuando Sócrates se planteó, como una exigencia de cada ser humano, el logro de una vida buena, es decir, la perfección del propio modo de ser del hombre. Por lo tanto, frente a los sofistas, Platón y su maestro Sócrates no buscaron la virtud en el poder social y político, sino en una dimensión del alma que permite aquella perfección interior. Pero el alma, según la doctrina platónica, solo puede ser virtuosa si se esfuerza por retornar al mundo de las ideas. Aristóteles siguió los pasos de su maestro, por lo que su moral se puede caracterizar también como una búsqueda de la vida buena, es decir, de la felicidad (eudaimonía). Sin embargo, en coherencia con su visión del ser humano y del mundo físico, rechazó el recurso platónico a un mundo separado de ideas.
3.1 LA VIRTUD
Al igual que Sócrates y Platón, Aristóteles estimó que la virtud es algo que perfecciona al ser humano, lo ayuda a actuar bien y lo pone en el camino hacia una vida plena. Sin embargo, ofreció explicaciones más precisas que ellos acerca de su naturaleza. La verdadera virtud se define, según él, como un hábito que reúne tres rasgos: es adquirido, operativo y voluntario.
• La virtud es un hábito adquirido; porque es una cualidad o disposición estable (hábito) que se asienta sobre alguna facultad del hombre como, por ejemplo, la inteligencia y que se obtiene por la constante repetición de actos. No es algo, por lo tanto, con lo que el ser humano nazca.
• La virtud es un hábito operativo; porque posibilita la adecuada realización de los actos propios de la facultad que perfecciona. De este modo, predispone al hombre a actuar de un modo determinado.
• La virtud es un hábito voluntario; porque el camino de la virtud conlleva deliberación y elección, es decir, requiere la intervención del intelecto y la voluntad.
Como ya se expuso, el acto voluntario requiere el conocimiento del fin, la decisión de alcanzarlo, la elección de los medios y la firmeza en el obrar.
Esto se opone al intelectualismo de la ética socrática, ya que el hombre no siempre se aparta del bien por ignorancia, sino que a veces, voluntariamente, decide subordinar el bien superior a otros bienes inferiores o sensibles. El ser humano, por lo tanto, es responsable de su propio carácter ya que él mismo lo forma mediante los hábitos que adquiere.
3.2 CLASES DE VIRTUDES
Aristóteles dividió las virtudes en éticas o morales (fortaleza, templanza, justicia...) y
dianoéticas o intelectuales (prudencia, sabiduría..). Las primeras se refieren a la praxis. Gracias
a ellas, la parte apetitiva del alma –los apetitos sensibles y la voluntad ̶ realiza bien sus actos;
las segundas perfeccionan los actos de la inteligencia humana.
4. LA POLÍTICA
La sociabilidad brota de la misma esencia del ser humano. De hecho, quien creyese no necesitar de la sociedad sería una bestia o un dios, pero no un ser humano.
Aristóteles observó que existen tres niveles de comunidad social:
a) la familia, a la que se pertenece por nacimiento;
b)la aldea, que consiste en una reunión de familias;
c) la polis o ciudad-estado, que es una agrupación de aldeas organizadas bajo un mismo gobierno.
La familia y la aldea anteceden a la ciudad cronológicamente, pero la polis es anterior a ellas en cuanto a perfección y excelencia, ya que es el fin al que tienden el individuo y las otras comunidades naturales.
Aristóteles consideró que la mejor organización política es aquella donde los que gobiernan son idóneos y buscan el bien común por encima de intereses particulares. Distinguió tres sistemas de gobierno buenos y tres malos:
• Monarquía o gobierno de un individuo superior en virtud a los demás, cuya degradación es la tiranía, que es la peor forma de gobierno de todas las conocidas.
• Aristocracia o gobierno de unos pocos hombres selectos; su degeneración es la oligarquía.
• Politeía («república») o gobierno de muchos hombres buenos, cuya corrupción es la democracia o, más bien, la demagogia.
Filosofías aristotélica y platónica comparadas
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